Hace unos dos años, empecé a notar un dolor de espalda, que aunque no muy fuerte, me acompañaba casi a diario y estaba afectando de forma negativa a mi estado anímico. Por no hablar de lo que me dificultaba mi día a día; asear y mover a mi padre me costaba un montón, planchar era una purgación, estar de pie mucho rato era doloroso,... Y al final estaba todo el día de mala leche.
Cansada de esta situación, decidí sacar algo de tiempo a los mediodías y cuidar mi cuerpo un poco más, desde que había nacido mi hija había dejado de practicar Yoga y mi cuerpo estaba muy dejado.

La verdad es que fue una decisión acertadísima y cada día estoy más contenta de practicarlo. Al principio me costó un montón cogerle el tranquillo y muchos días tenía tantas agujetas que no podía moverme.
Después de dos años practicándolo, puedo deciros que cada día estoy más contenta de que forme parte de mi vida. Los dolores de espalda han quedado en el pasado, mi estado anímico vuelve a ser el que era y mi estado físico en general a dado un giro 360º.
Muchas pensareis que con solos dos días a la semana de práctica no se puede notar tanto. Animaros a probad y os aseguro que si sois constantes os pasará lo mismo. Los meses de verano que no hay cursillo intento practicarlo en casa pero los resultados son peores y estoy deseando que pase el veranito para volver.
Si alguna quiere ponerse al día a nivel físico y no le gusta machacarse en un gimnasio:¡¡¡¡¡ PILATES!!!! os aseguro que los resultados os encantarán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario